Convivencia en condominios: gestionar lo que es de todos y no es de nadie
Por: Gerardo Gozzi, CEO Coliver | ecosistema de convivencia. Es muy frecuente que las personas que vivimos en un condominio de casas o edificios, tendemos a invisibilizar la convivencia como ese intangible que damos por hecho, hasta que se ve amenazado por algo o alguien que lo altera según nuestro juicio. “Vivo en el mismo […]
Por: Gerardo Gozzi, CEO Coliver | ecosistema de convivencia.
Es muy frecuente que las personas que vivimos en un condominio de casas o edificios, tendemos a invisibilizar la convivencia como ese intangible que damos por hecho, hasta que se ve amenazado por algo o alguien que lo altera según nuestro juicio.
“Vivo en el mismo condominio hace muchos años y casi no conozco a nadie… las personas bajan la mirada para no tener que saludar”. Este comportamiento los sociólogos lo han denominado desatención amable y es cada vez más frecuente en grandes ciudades con alta densidad poblacional, incremento de la inseguridad, pero más ligada a la cultura del individualismo.
Tener un conjunto de leyes y un reglamento de copropiedad con los acuerdos, límites y normas que hacen de guía en las relaciones cotidianas entre los vecinos son una mínima base y muy poco eficaz, ya que encima casi nadie conoce.
Entonces… ¿cómo gestionamos esa riqueza invisible en provecho de todos?: Midiendo la madurez de convivencia.
Luego de estudiar la gestión y el comportamiento de las personas en convivencia residencial durante más de 15 años, la hemos definido como el resultado de un modelo de gestión sobre lo que es de todos y de nadie al mismo tiempo y como toda gestión, se debe medir para comprender como ello afecta no solo a la calidad de vida, sino también, a la plusvalía y costos de operación de propio condominio.
Además, ¿sabías que hoy los condominios utilizan solo el 5% de los datos que ellos mismos generan para tomar sus decisiones?. La falta de gestión de la información con datos reales y una pobre comunicación crean en contexto perfecto, para que haga su aparición la ciencia de la opinología entre vecinos.
Para crear un plan de acción debemos medir el estado actual y establecer el resultado deseado, teniendo en cuenta que los condominios residenciales se caracterizan por ser entornos volátiles, de incertidumbre, complejos y ambiguos (VUCA).
Aquí, entonces, las cinco dimensiones donde poner el foco y algunas preguntas que podrías hacerte en cada caso: Talento ¿Alta rotación de conserjes y personal aseo?, ¿calidad de los servicios? y ¿cómo es el desempeño?.
Y continuando con la operación ¿todos los mantenimientos son reactivos?, ¿los gastos varían mucho de un mes a otro?; en los datos ¿tenemos indicadores de gestión financieros, operativos, incidentes, denuncias, mejoras, etc?; en la experiencia: ¿medimos la satisfacción de cada persona (residentes, colaboradores, visitas y proveedores)?.
Liderazgo ¿existe un plan de comunicaciones, mejoras de corto, mediano y largo plazo con presupuesto?. Si supieras la madurez de convivencia de un condominio: ¿Arrendarías o comprarías una propiedad donde sabes que este índice es bajo a pesar de que el precio y la ubicación se ajuste a tu búsqueda?.
Fuente: https://eldiarioinmobiliario.cl/